martes, 14 de junio de 2011

Movilízate por el matrimonio igualitario en Colombia


Quedan 42 días para que la Corte Constitucional se pronuncie a favor
de la igualdad.

En noviembre de 2010 Colombia Diversa y el Centro de Estudios de
Derecho, Justicia y Sociedad (DeJusticia), entre otros, presentaron
ante la Corte Constitucional una demanda que pretende  con el
propósito de reconocer el derecho al matrimonio sin discriminación y
con ello la plena igualdad de derechos a las parejas del mismo sexo.

Aunque el matrimonio civil representa  un adelanto en la igualdad  y
la restitución de derechos en Colombia, muchas voces se han
manifestado en contra.  A pesar de este panorama de rechazo,
discriminación y argumentos tergiversados, desde Colombia Diversa
queremos que estas  no sean las únicas voces escuchadas.

Buscamos que cientos de personas se unan a favor del Matrimonio civil
y la equiparación  total de derechos para las parejas del mismo sexo y
sus familias a través de la campaña Matrimonio Igualitario en
Colombia.

Extendemos una gran invitación para que se movilicen por esta causa.
En la página web:  www.matrimonioigualitario.org.  ¡Actúa ya!

1. Promueve una acción y cuéntanos

2. Haz un video

3. Tómate una foto con tu mensaje por la igualdad

4. Apóyanos desde tu facebook y twitter

5. Escribe a personajes y artistas para que apoyen el matrimonio
igualitario

6.  Diseña una imagen para la campaña

7. Cuéntale a 5 amigas/os

8. Blogs por la Igualdad

9. Escribe tu historia

10. Hazte voluntaria/o

 COLOMBIA DIVERSA

Especiales de Noticias Telemedellín trasmitirá esta noche la clarla sobre la Familia homoparental.

Familia homoparental, adopción por parejas del mismo sexo y el
matrimonio igualitario.

Este martes 14 de junio a las 10 pm no se pierda la transmisión de Especiales de Noticias Telemedellín 

Invitados:
Hernando Muñoz – Docente UdeA y experto en familia.
Sergio Estrada Perez – Docente UdeM y abogado constitucionalista.
Elsa Torres - Madre lesbiana de familia homoparental


Una invitación a construir consciencia crítica de las realidades
sociales, con evidencia científica y una mirada humanista.


Psicóloga Alejandra Quintero R - eldivanrojo@gmail.com

Ver transmisión en vivo en:
http://www.telemedellin.tv/pagina_nueva/telemed/index.php?sub_cat=24896 



jueves, 9 de junio de 2011

La adopción homosexual: entre naturaleza y cultura

Autor: Bayron Álvarez
5 de Marzo de 2011

La directora del Instituto Humboldt dice que la continuidad biológica de la especie está garantizada por fuera de la familia y que el Estado se debe ocupar de proteger los derechos de las personas.

El debate sobre la adopción por parejas del mismo sexo tiene esta semana un nuevo capítulo, con la sentencia que emitirá la Corte Constitucional, en revisión de la tutela que el Juzgado Primero Penal del Circuito de Rionegro emitió a favor de dos mujeres a quienes la Corte llamó señoras Turandot y Fedora, para proteger su identidad.

Son colombianas nacionalizadas en Alemania, donde conformaron una unión marital de hecho en 2005. El Gobierno alemán autorizó la inseminación artificial de la señora Fedora, porque Turandot estaba de acuerdo y así nació la niña Lakme. Pero en 2008 volvieron a Colombia, donde el Estado no reconoce su hogar como una familia.

Quienes se oponen a la adopción homoparental dicen que un dato irrefutable para no aceptar las uniones entre homosexuales, es que no pueden procrear biológicamente con sus parejas. Sin embargo, la doctora transgenerista Brigitte Luis Guillermo Baptiste, directora del instituto Alexander Von Humboldt, no está de acuerdo con ese argumento.

– Profesora Brigitte, los opositores a la adopción por parejas homosexuales dicen que esas uniones no son naturales ¿estaría en peligro la continuidad de la especie humana al reconocer los hogares de homosexuales como familia?

“El problema de la continuidad de la sociedad no es biológico. Enfatizar la gestión de la familia desde el punto de vista reproductivo es más bien como un problema zoológico. Yo lo digo porque yo soy bióloga y me extraña mucho que el Estado se meta a administrar la reproducción. La naturaleza del fenómeno social es la cultura, es la transmisión de los valores de la cultura. Hay es que proteger los derechos de las personas, garantizar que el ambiente en que se crían (los niños y niñas) sea constructivo; pero no somos veterinarios de gente”.

– ¿Cuál debe ser la función de la familia?

“Tienen que ver con el bienestar y el mejoramiento de las condiciones de la sociedad. Que los niños que lleguen tengan un ambiente propicio para desarrollar toda su potencialidad, sus derechos; para eso es que hacemos familia”.

– ¿Podrían aportar más las familias homoparentales a los niños colombianos?

“Por supuesto. Lo que necesitan los niños a cualquier edad y lo que necesitamos todos los seres humanos es afecto. Afecto, cariño, respeto. No veo ningún motivo por el cual un Estado responsable no fuese capaz de abrir ese espacio”.

Formación académica

Brigitte Luis Guillermo Baptis es una transgenerista bogotana de 47 años. Es bióloga de la Universidad Javeriana e hizo su maestría en Estudios Latinoamericanos como becaria Fulbright, en la Universidad de Florida. Estudió su doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona, con apoyo de una beca del fondo Russell Train. Habla español, inglés, francés y catalán. En 1993 acompañó el proceso de creación del Instituto de Investigaciones Biológicas Alexander Von Humboldt, del cual fue subdirectora científica a partir de junio de 2008. El primero de enero de 2011 fue nombrada directora del mismo instituto por la ministra de Ambiente,  Beatriz Uribe Botero.

Antecedentes El primer país que aprobó la adopción homoparental fue Holanda y lo hizo en 2001. En ese país es requisito que el niño sea holandés para evitar conflictos legales con otro país. En el proceso de Turandot y Fedora, proceso D-7415, hay intervenciones que desmienten que sin un padre y una madre se generan daños psicológicos a los niños.. Los argumentos fueron sustentados por La Asociación Psiquiátrica Americana, la Asociación de Pediatría Americana y facultades de Psicología, Antropología y Sociología en Colombia, como las de las Universidades de los Andes, Nacional y Javeriana.
 

MI MARIDO TIENE TETAS

POR MARÍA JIMENA DUZÁN EN:


http://www.soho.com.co/zona-cronica/articulo/mi-marido-tiene-tetas/23195




Adriana Vásquez está casada con Brigitte Luis Guillermo Baptiste, el
director del Instituto Humboldt, el transgenerista más famoso de
Colombia. Confesiones de una esposa que aprendió a ser feliz.
Pocas veces comienzo una entrevista preguntándole a la entrevistada el
nombre de su esposo.

Se llama Brigitte Luis Guillermo Baptiste y es el director del
Instituto Humboldt.

Algo me dice que si su esposo —quien además es un profesional muy
reconocido en su medio— no fuera travesti, no estaríamos aquí en SoHo,
haciendo esta entrevista.
Pues le confieso que él está muerto de la envidia de que sea yo y no
él el que salga en SoHo.

¿Hace cuánto están casados?
Desde el 31 de diciembre de 1999. Tenemos dos hermosas niñas que viven
una vida muy normal.


¿Usted sabía que él era un travesti antes de casarse con él?
Sí, claro. Es que yo lo conocí en el Instituto Humboldt. Cuando él
llegó yo ya trabajaba allí. Por cosas del destino terminó siendo mi
jefe directo.


Y ahí fue el flechazo, amor a primera vista…
Pues sí, algo pasó entre nosotros. Y fue en la primera cita, en un
restaurante, que él me dijo, así de un tacazo: “Mira, Adriana, tengo
algo que decirte: soy travesti”. A esa edad, tenía 28 años, sabía más
o menos qué era un travesti pero no sabía qué implicaba. Además yo lo
veía a él inteligente, brillante.


¿En ese entonces se vestía todavía de hombre?
Sí, lo único era que tenía el pelo muy largo, usaba candongas y hasta
ahí, de repente el pantalón muy ajustado. Yo veía en él a un hombre,
además de que su voz es tremendamente masculina, voz de locutor.

¿Y qué reacción tuvo usted cuando él le contó que era un
transgenerista?

En mi inocencia le dije de manera muy calmada que estaba bien, que yo
también tenía un amigo que por las noches se trasformaba en budista;
me pareció que era una revelación de una identidad secreta. Le dije
que había visto cosas peores. Al comienzo él fue muy cauteloso con ese
tema porque se acababa de separar de su esposa, después de dos años de
matrimonio. Un buen día, él no pudo seguir con ese guardado y ¡chan!,
le contó a la mujer: ella se espantó y se fue. Para Luis Guillermo eso
fue muy doloroso. Por eso él era supercauteloso: él era el que trataba
de poner el freno, mientras que a mí —que era más loca que una cabra—,
eso me tenía sin cuidado.

¿Me va a decir que no le importaba que su novio fuera travesti?
No, en ese momento no me importaba. Estábamos comenzando a salir y
además yo estaba muy descrestada con él porque era una persona
absolutamente brillante y dulce. Pero además, le quiero decir una
cosa: yo ya lo sabía de oídas. Una amiga que también trabajaba en el
Instituto me lo había contado.


Me gusta esa franqueza suya al aceptar que él le gustó no solo por su
inteligencia y su dulzura, sino porque era un travesti. Hasta hace
poco, a las mujeres que se atrevían a ser tan francas en ese terreno
las ponían en la hoguera.
Pues para que vea que la cosa siguió avanzando y avanzando. En un
momento nos dimos cuenta de que ya estábamos viviendo juntos. Luego
vino toda nuestra historia: tenemos dos hijas hermosas.

¿Y las niñas entienden el transgenerismo de su padre?
Mis hijas son aún pequeñas. Una tiene siete y la otra, nueve. Él es su
papá y aunque todavía no hemos entrado a discutir cuestiones de género
ni de diversidad, nuestra filosofía es darles la información que van
solicitando. Lo que vayan preguntando se lo vamos respondiendo con
mucha frescura y naturalidad porque los niños son así, directos,
espontáneos. Ahí vamos. Estamos esperando la adolescencia.

Cuando él decidió ponerse senos, ¿eso no la golpeó? No me diga que eso
tampoco le impactó…

Sí, fue difícil. Eso fue hace cinco años. Ya estaban las dos
chiquitas. Él siempre había tenido esa inquietud. Desde que empezamos
a vivir juntos la cosa fue in crescendo, se disparó. Ya era la ropa,
los tacones. Dejó de usar pantalones. Un buen día se puso una falda y
yo dije: ¡ahh!… pues sí.


¿Se ponía su ropa?
¡No, qué va!, yo me visto de botas con tacón bajito y medio hippie. Él
tiene su propia ropa. Usa botas arriba de la rodilla. Y se las pone no
por escandalizar, sino porque a él le gusta. Su ropero es tres veces
más grande que el mío. Él se viste con una estética distinta,
totalmente diferente a la mía; una estética que yo he ido aprendiendo
a respetar. Le confieso que a mí me dio más duro ver cómo se vestía
que se pusiera tetas. Esa estética es muy loba y estrafalaria. Hasta
que él se puso falda, esa estética yo la entendía más como una
excentricidad que como una transformación, y eso fue difícil. Solíamos
discutir por las pintas, como me imagino que muchos otros matrimonios
discuten por otras cosas. Un buen día me dijo: “Adriana, me voy a
poner senos”. “Jiuuu —dije yo—, eso va a ser difícil”. Él me respondió
que tenía que hacerlo. Tuvimos unas largas discusiones filosóficas de
por qué eso era difícil para mí. Él me decía: “¡Pero si voy a seguir
siendo yo!, el que tú conoces”. Y yo le respondía diciéndole que me
entendiera, que lo que él se iba a hacer no era respingarse la nariz.
Mi cabeza iba más rápido que mis tripas y mi estética. Yo también
tenía una historia táctil y corporal, y a mí a fin de cuentas me
gustan los hombres. Yo le decía: “Si tú fueras mi amigo, yo misma te
llevaría a la clínica, pero como soy tu compañera me da duro, porque
cuando por la noche me acueste en la cama no sé con qué me voy a
encontrar ni qué voy a sentir por dentro”. Él, con toda la dulzura del
mundo, me dijo un día: “No puedo. Si no lo hacemos va a ser peor”.
Finalmente le dije: “¿Sabe qué? ¡Hágale!”. Yo misma lo llevé a la
clínica y estuve con él en la cirugía. Cuando llegamos a la casa,
luego de salir de la clínica, comenzaron a llegar los amigos: a él lo
felicitaban y a mí me daban el sentido pésame.


¿No fue a buscar ayuda profesional?
Sí, fui a donde una psicóloga. Fui porque sentí que no iba a aguantar,
pero creo que no me sirvió mucho. Yo tenía un discurso claro: sabía
que Luis Gui era una persona con una vida totalmente coherente. Lo que
piensa, lo hace. Y a mí eso me parece fabuloso. Ya quisiera yo tener
ese coraje y esa coherencia. Pero además me puse a pensar que yo
opinaba igual y que él estaba haciendo lo correcto. Luego de varios
meses me cansé de ir. De repente, como en una epifanía, ¡pling!, me
tranquilicé.

Se necesita mucho amor para llegar a donde usted ha llegado…
Eso era lo que yo me repetía: yo sí lo quiero, yo sí lo quiero. En
realidad los dos tenemos una excelente relación, hablamos, nos
divertimos, tenemos muchas afinidades. Mire, mi mamá me decía que de
los novios que he tenido, en realidad Luis Gui es el más normal de
todos. Lo único que le he pedido es que no se cambie la voz. En el
fondo llegué a la conclusión de que yo no tenía que soportarme ni a un
borracho, ni a alguien que me pegara. Luis Gui es juicioso, buen
profesional, buen papá. ¿Qué más puedo pedir?

¿Y cuando ustedes salen por la calle la gente no se sorprende al
verlos?
Tenemos la fortuna de que siempre estamos rodeados de gente que nos
conoce, de gente inteligente y respetuosa. Nosotros somos una familia
seguramente con pinta rara, pero a los diez minutos que hablas con
nosotros nos comportamos como cualquier familia normal. Pero claro, en
ciertos espacios no nos pasa eso. Una vez decidimos ir a Piscilago.
Qué jartera, todo el mundo era mirándonos. Fue muy molesto. Soy muy
discreta y no me gusta que me miren así. Luis Gui sí tiene más manejo
escénico porque, precisamente, eso hace parte de su estética.

Y para rumbear, ¿cómo es la movida?
Ahí tenemos un gran problema: a Luis Gui le gusta el trance y a mí la
salsa. Cuando salimos a bailar, salimos siempre con amigos. Hay que
ser precavidos, porque si bien nunca nos ha pasado nada, uno nunca
sabe.

¿No se habrá convertido usted en gay?
Pues yo no sé. Lo único que puedo decir es que yo ando con Luis Gui y
vivo feliz y no sé si eso me cataloga o no como gay. Lo que entiendo
del transgenerismo es que es un trans, porque en realidad esas
personas no son mujeres. Luis Gui me parece una persona en evolución
que va buscando su camino.


¿Luis Guillermo hace levantes?
Él es muy juicioso, pero tiene sus fans. Usted sabe, hay mucha gente
por ahí con aberraciones. Y hace sus levantes, pero lo más interesante
es que sus estudiantes lo quieren y lo defienden.


¿Qué ha aprendido de esta experiencia de vida?
Estudié Sociología en la Nacional, y aunque nunca fui revolucionaria,
mis compañeros de más edad sí lo eran. Creo que esta es la pequeña
revolución que me tocó dar a mí y la libro con mucho gusto. El
transgenerismo es más frecuente de lo que todos pensamos. Esta es mi
pequeña batalla.


Me da la impresión de que sexualmente ustedes son la berraquera.
Sí... Incluso desde antes de que se pusiera las tetas nos entendíamos
muy bien. Efectivamente tocó reacomodarse cuando se las puso, pero yo
creo que ese es un tema que les pasa a todos los matrimonios después
de un tiempo. El sexo hay que reinventarlo para no aburrirse... Con
decirle que ya sus tetas no son para mí ninguna sorpresa.